La manipulación manual de cargas está en el origen de gran parte de los trastornos musculoesqueléticos (TME) relacionados con el trabajo. Existen varios factores de riesgo que aumentan el riesgo de sufrir lesiones, no solo debemos tener en cuenta la carga, también son determinantes el entorno en el que se desarrolla la actividad, la tarea que se realiza y las características personales y conocimiento del trabajador.

Para conocer todos los aspectos que pueden influir en lo anterior, es preciso partir de una adecuada evaluación de riesgos que determine las circunstancias que rodean a las tareas de manipulación manual de cargas y que nos permita adoptar medidas preventivas que mejoren la seguridad de los trabajadores.

Generalmente, los TME son consecuencia de esfuerzos repetidos de fuerza moderada mantenidos en el tiempo. Tomar medidas preventivas es fundamental para evitar patologías y bajas relacionadas con la manipulación manual de cargas.

PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO

La manipulación manual de cargas no requiere únicamente la elevación, también se produce el mantenimiento y el transporte de la carga con tracción, empuje o desplazamiento del trabajador; además hay que tener en cuenta que la tarea la pueden realizar una o varias personas de forma simultánea. Son varios los factores de riesgo que aumentan la posibilidad de sufrir lesiones y padecer patologías.

Dos grupos de lesiones están asociados a la manipulación manual:
1. Accidentes como cortes, fracturas, etc. Por hechos repentinos o inesperados.
2. Daños musculoesquelético (TME) consecuencia del desgaste gradual y acumulativo por la manipulación manual repetitiva.

El riesgo de padecer estas lesiones o patologías suele ser directamente proporcional al tiempo de realización de las tareas y a la repetición de los movimientos, esto incrementa las probabilidades de causar baja. En este sentido, las patologías de espalda encabezan la lista de bajas asociadas a la manipulación manual.

Los principales factores de riesgo son:

Carga
• Peso: no superar los 20-25 kg, siendo recomendable no exceder los 15 kg.
• Tamaño: si es grande y no se puede levantar o transportar cerca del cuerpo, los músculos se fatigan antes, especialmente si se dan varias repeticiones.
• Agarre: si es difícil de agarrar puede provocar que el objeto se resbale, aumentando el riesgo de accidentes.
• Alcance: si la carga es difícil de alcanzar puede requerir doblar y girar el tronco de forma simultánea incrementando las posibilidades de sufrir daños.
• Estable y equilibrada: si carga el centro de gravedad de la carga está alejado de la mitad del cuerpo del trabajador se incrementa el riesgo.
• Forma o tamaño que limita la visibilidad: aumenta el riesgo de tropiezo, caída o choque.

La tarea:
• Cuando la frecuencia es elevada o durante largos períodos de tiempo sin tiempo de recuperación suficiente. 
• Ante movimientos repetitivos o incómodos, como flexión o torsión del tronco.
El entorno:
• La falta de espacio suficiente durante la manipulación manual puede provocar tensión y un desequilibrio que incrementa el riesgo
• Los suelos resbaladizos, desiguales o inestables aumentan los accidentes.
• Las temperaturas extremas incrementan el cansancio y el sudor dificulta el agarre, por lo que se requiere más fuerza. El frío puede provocar adormecimiento de las manos que también puede dificultar el agarre.
• La iluminación deficiente puede aumentar el riesgo de accidentes y puede obligar a los trabajadores a adoptar posiciones incómodas.

Factores individuales:
• Capacidades físicas como peso, altura y fuerza.
• Edad: el riesgo de trastornos lumbares aumenta con la edad y con los años de trabajo. Falta de experiencia o formación.
• Historial médico previo.
• Estilo de vida y hábitos como el tabaquismo y falta de ejercicio.